jueves, 15 de mayo de 2008

La Alimaña

ETA es un animal salvaje que está moribundo. Irreversiblemente enfermo ya no le queda más que esperar su muerte. Y ésta está muy próxima. Sin embargo, como buena alimaña que es, aún en sus últimos estértores intenta causar el máximo dolor antes de su definitivo final.

Esta bestia se muere porque todos los demócratas, a lo largo de todos estos años, hemos luchado con la única -y más poderosa- arma que tenemos, la democracia y el estado de derecho. Y ésto, la capacidad para superar el sufrimiento, el dolor, y las provocaciones han hecho que nuestra sociedad y nuestro sistema de libertades sean hoy más sólidos que en ningún otro momento de la historia de este país.

Con la desaparición de ETA, de algún modo, también desaparecerá el último vestigio del régimen franquista, pues no olvidemos que esta bestia nació, creció y se alimentó ideológicamente por oposición a éste. Pero en el marco de una Europa plural y libre, donde cada uno respetando las leyes puede defender políticamente lo que quiera, su lucha no tiene razón de ser.

El ciclo vital de esta lacra que es el terrorismo vasco está agotado, de la misma manera que también lo estaba en Irlanda el del IRA, y éstos dejaron las armas.
Si en el País Vasco todavía resisten es porque existe una cultura de la violencia fuertemente arraigada en determinados sectores de esta sociedad, y sobre todo porque, como en casi todas las actividades humanas, detrás de todo esto se esconde un gran negocio y la forma de vida de mucha gente. Por lo tanto, mientras esta gente no se busca otra ocupación, la solución final ha de concentrarse en hacerles cumplir la ley en toda su extensión, y en desmontar toda la trama financiera que aún les queda y así asfixiar definivamente esta fiera que se resiste a morir.

No hay comentarios: